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FOTOGRAFÍAS DE UN IDEALISTA

Entrevista realizada por Horacio Piceda para “Al aire libre”, 2011

La fotografía, en su esencia más profunda, es un acto de reflexión constante sobre la realidad que nos rodea. Más que una simple representación de lo visible, es un proceso de transformación, donde lo efímero se convierte en eterno y lo cotidiano se revela en su complejidad. Cada imagen tomada es una invitación a mirar más allá de lo inmediato, a cuestionar lo que creemos saber y a explorar lo sublime que yace en lo ordinario. Así, la fotografía se convierte en un medio para entender el mundo, no solo para capturarlo, invitándonos a confrontar nuestra percepción y nuestra relación con el tiempo y el espacio.

Horacio Piceda: ¿Cómo te presentarías?


Mariano Rodríguez: Es una pregunta interesante y, en ciertos contextos, necesaria. Por ello, antes que definirme a mí mismo, prefiero precisar mi postura respecto a la fotografía artística. No me involucré en esta disciplina con la ambición de trascender o buscar una forma de inmortalidad. En ese sentido, si tuviera que clasificarme, me definiría como un infame. No visto el disfraz de artista ni persigo la reverencia; más bien, me sitúo en el lugar del iconoclasta, al igual que el arte moderno: desarmando, cuestionando, despojando la imagen de cualquier atadura impuesta por la tradición o la expectativa.

Horacio Piceda: ¿Cómo te convertiste en fotógrafo?


Mariano Rodríguez: Creo que el entorno en el que crecemos, las personas que nos rodean y las experiencias que atravesamos moldean nuestro carácter y, en consecuencia, nuestra profesión. En mi caso, la fotografía fue, en cierto modo, una herencia silenciosa: mi padre fue fotógrafo en su juventud, y aunque nunca hubo una transmisión explícita, su influencia quedó latente en mí, operando de manera inconsciente. Pero más allá de esta herencia, la fotografía se convirtió en un lenguaje propio, en una forma de intervenir la realidad, de transformarla y capturar su esencia. Me permitió experimentar con lo sublime, explorar la delgada línea entre lo efímero y lo eterno, y descubrir que cada imagen es, en el fondo, una interpretación del mundo, no su reflejo.

Horacio Piceda: ¿Qué cosas te inspiran?


Mariano Rodríguez: Lo que me inspira es la búsqueda de esa belleza que Baudelaire describía, esa tensión entre lo efímero y lo eterno, entre la fugacidad de un instante y la huella imborrable que deja en el alma. La fotografía es, en esencia, el arte de capturar ese juego de contrastes: el reflejo de una luz que se disuelve en la sombra, la expresión de un rostro que encierra siglos de historia en una fracción de segundo. “La belleza no es otra cosa que una promesa de felicidad”, y cada imagen es una promesa cumplida a medias, un fragmento de lo absoluto en lo pasajero. Como el artista que Baudelaire imaginaba, la fotografía exige ser un observador incansable, un filósofo de la imagen, un alma curiosa que devela, en el lenguaje del claroscuro y la composición, los misterios de lo visible y lo invisible.

Horacio Piceda: ¿Quiénes son tus fotógrafos preferidos?


Mariano Rodríguez: Mis fotógrafos preferidos son aquellos cuyas obras no solo capturan la realidad, sino que también la transforman, desnudan y reconfiguran a través de una mirada única. Jean-François Lepage, con un estilo que fusiona la pintura con fotografía, creando una belleza que se encuentra con lo extraño. Helmut Newton, por su parte, desafió las convenciones con enfoque provocador, sin temor a mostrar la fragilidad detrás de la arrogancia. Linus Ricard, con una estética minimalista y enigmática, juega con la luz y las sombras para crear una atmósfera particularmente tensa. Natasha Merritt, crea imágenes que desdibujan los límites entre lo erótico y lo artístico. Peter Gorman, similar a Merritt, crea obras que oscilan entre lo bucólico y sombrío. Guy Bourdin, conocido por su trabajo provocador y cinematográfico, utilizó la fotografía de moda como un medio para contar historias surrealistas y eróticas. Estos fotógrafos, entre muchos otros que no menciono aquí, comparten una capacidad única para explorar la dualidad de la belleza y la oscuridad.

Horacio Piceda: ¿Cómo ves el circuito de la fotografía en Paraná?


Mariano Rodríguez: Creo que Paraná no es el espacio ideal para quien desea dedicarse plenamente al arte en cualquiera de sus formas. Aunque hay grandes artistas, la ciudad sigue conservando una atmósfera algo tradicional y conservadora. En el ámbito de la fotografía, predomina la fotografía social: bodas, cumpleaños y otros eventos familiares. Si bien estos trabajos son valiosos en su propio derecho, no reflejan la diversidad de posibilidades que ofrece la fotografía como medio artístico. La ciudad, aunque rica en talento, aún parece estar en una fase de transición, donde la experimentación y la innovación no han logrado tomar el protagonismo que deberían.

Horacio Piceda: Muchas gracias, Mariano. Fue un placer charlar contigo.

Mariano Rodríguez: Gracias por esta entrevista. Ha sido un placer compartir mis pensamientos y reflexiones sobre la fotografía. Aprecio mucho el espacio que me brindaron para hablar de mi trabajo.
 

©Todas las obras pertenecen a Mariano E. Rodríguez

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